Listeria y Listeriosis: Enfermedades Transmitidas por Alimentos y Ensaladas Verdes

Periódicamente escuchamos en las noticias que se ha retirado del mercado una marca particular de ensalada de verduras empaquetadas debido a la presencia de una bacteria que puede causar una enfermedad transmitida por los alimentos. A veces la bacteria que se descubre es Listeria monocytogenes.La listeria puede causar listeriosis, una enfermedad potencialmente grave e incluso mortal.

La listeria generalmente afecta a grupos específicos de personas, incluidas mujeres embarazadas, embriones y fetos, bebés pequeños, personas mayores, personas con sistemas inmunes debilitados y personas con trastornos como diabetes y enfermedad hepática. Sin embargo, ocasionalmente afecta a personas fuera de estos grupos. Los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) clasifican a Listeria como un importante problema de salud pública.

Muchas personas no desarrollarán síntomas de una infección por Listeria. De hecho, se cree que hasta el 10% de nosotros tenemos Listeria viviendo en nuestro intestino sin causar ningún problema obvio. Sin embargo, para aquellos que son susceptibles a los efectos de la bacteria, las consecuencias pueden ser graves. La listeriosis puede ser una enfermedad leve pero con mayor frecuencia es grave. La tasa de mortalidad puede ser tan alta como 20%.

La listeria puede estar presente en el intestino de muchos mamíferos, aves, peces y crustáceos. Ha salido del cuerpo de un animal en sus heces. La bacteria puede transmitirse a nosotros en alimentos vegetales contaminados por heces, tierra o agua infectadas. Listeria puede sobrevivir en una variedad de entornos, que es una de las razones por las que es tan problemático.

Otro problema es que Listeria en el cuerpo de un animal puede contaminar los alimentos obtenidos del animal. La bacteria se puede transmitir en carnes, pescados y productos lácteos. Cocinar estos alimentos adecuadamente o pasteurizar los productos lácteos matará la bacteria Listeria. Sin embargo, refrigerar los productos no matará las bacterias. De hecho, el cultivo bacteriano puede crecer dentro del refrigerador. Los alimentos contaminados por Listeria se ven, huelen y tienen un sabor normal, lo que hace imposible que un consumidor detecte el problema.

Los síntomas de una infección por Listeria no aparecen inmediatamente después de que una persona susceptible come alimentos contaminados. La bacteria tiene un período de incubación. La duración de este período es muy variable y varía desde tan solo tres días hasta setenta. Esto significa que a veces es difícil para una persona vincular sus síntomas con la ingestión de Listeria.

Los problemas gastrointestinales, especialmente vómitos y diarrea, son síntomas comunes de una infección por listeria. También se puede presentar fiebre, dolores musculares y fatiga. Las personas que desarrollan síntomas parecidos a la gripe por la infección pueden no darse cuenta de que tienen listeriosis.

Si la infección bacteriana se propaga al sistema nervioso, se pueden desarrollar condiciones más graves. Estos incluyen dolor de cabeza intenso, rigidez en el cuello, confusión, pérdida de equilibrio, convulsiones y meningitis. La meningitis es la inflamación de las meninges, las membranas que rodean el cerebro. La meningitis puede ir acompañada de encefalitis, que es la inflamación del cerebro mismo. Las dos condiciones juntas se conocen como meningoencefalitis y pueden ser extremadamente graves.

La listeriosis generalmente se trata con antibióticos. Aunque el tratamiento con antibióticos a menudo es exitoso, a veces ocurren muertes. Cuanto antes comience el tratamiento con antibióticos, mayores serán las posibilidades de éxito.

Si una persona ha comido alimentos que se sabe que están contaminados por Listeria pero no experimenta síntomas, es posible que no reciba ningún tratamiento. Es aconsejable buscar asesoramiento de una agencia de salud en esta situación. Esto es especialmente cierto para alguien en un grupo de alto riesgo.

Comportamiento de Listeria monocytogenes

Listeria es una bacteria en forma de bastón que es capaz de moverse. El comportamiento de Listeria en nuestros cuerpos es complejo y no se comprende completamente, pero los investigadores saben que tiene múltiples métodos para ayudarlo a invadir las células y sobrevivir. Aunque es una bacteria que queremos evitar, en realidad es una criatura fascinante.

na vez que la bacteria está en nuestro intestino, ingresa a las células del revestimiento intestinal. Lo hace con la ayuda de una proteína en su superficie llamada internalina A. La proteína se une a un receptor en el epitelio que cubre la superficie interna del intestino. Como resultado, la bacteria puede penetrar el revestimiento.

Los investigadores han descubierto recientemente que en ratones sin los receptores de internalina A apropiados en su intestino, Listeria aún puede causar una infección. Esto sugiere que hay otra forma para que la bacteria pase a través del revestimiento intestinal además de usar internalina A. El descubrimiento podría aplicarse tanto a humanos como a ratones. También podría significar que las cepas de Listeria con internalina A defectuosa no son tan inofensivas en humanos como se creía.

Una vez que la bacteria ha penetrado en el intestino, viaja a otras células a través de la membrana que rodea las células y el citosol (líquido) dentro de ellas. Listeria usa una proteína llamada actina para permitir que se mueva. La bacteria utiliza moléculas dentro de su célula huésped para ensamblar su "cola" de actina. La actina se parece a la cola de un cometa e impulsa la bacteria hacia adelante, como se muestra en el siguiente video.

A veces una bacteria golpea la membrana celular a medida que se mueve. Crea una protuberancia en la membrana y luego es engullida por la membrana de una célula vecina sin entrar nunca en el fluido tisular que rodea las células. Esto le permite evadir el sistema inmune.

Riesgo de listeriosis

La listeriosis es más probable que aparezca, y es más probable que tenga efectos graves, en los siguientes grupos de personas.

Durante el embarazo, el sistema inmunitario de una mujer se debilita y el sistema inmunitario de su bebé no está completamente desarrollado. Si un bebé está infectado por Listeria durante los primeros tres meses de su desarrollo, puede haber un aborto espontáneo. Los bebés mayores pueden nacer muertos, nacer prematuramente o tener problemas de salud cuando nacen. Una mujer embarazada con listeriosis solo puede experimentar síntomas parecidos a la gripe, pero su bebé en desarrollo puede verse mucho más gravemente afectado.

A medida que envejecemos, nuestro sistema inmunitario se vuelve menos efectivo para protegernos de los invasores como las bacterias y los virus. Por lo tanto, las personas mayores son más susceptibles a la listeriosis que las más jóvenes.

Las personas con SIDA tienen un sistema inmunitario deteriorado que tiene problemas para combatir la listeria. Las personas con otras enfermedades también pueden tener dificultades con Listeria, incluidas aquellas con cáncer, enfermedad hepática, enfermedad renal y diabetes.

Los pacientes con trasplante de órganos reciben medicamentos para suprimir su sistema inmunitario para que su cuerpo no rechace su nuevo órgano. Estos medicamentos también pueden hacer que los pacientes sean susceptibles a infecciones bacterianas.

Los corticosteroides son medicamentos útiles para reducir la inflamación. Sin embargo, también pueden obstaculizar la actividad del sistema inmune, lo que hace que sea menos capaz de proteger a una persona de un ataque bacteriano.

Hay muchos pasos que podemos tomar para reducir la posibilidad de desarrollar listeriosis u otras enfermedades transmitidas por los alimentos. Aquí están las principales reglas de seguridad alimentaria.

• Lávese bien las manos antes de tocar los alimentos.
• Limpie bien las superficies y utensilios de cocina antes y después de su uso.
• Limpie los estantes del refrigerador con frecuencia. (Los trozos de comida y las gotas de líquido que caen en el refrigerador pueden contener Listeria y contaminar otros alimentos).
• Mantenga las carnes crudas separadas de otros alimentos que a menudo se comen crudos, como frutas y verduras, tanto en una cesta de la compra como en el refrigerador. Coloque las carnes en un estante más bajo que otros alimentos en el refrigerador.
• Guarde las sobras en el refrigerador en recipientes a prueba de fugas.
• Refrigere las sobras rápidamente y mantenga el refrigerador a una temperatura de 4 ° C (39 ° F) o inferior.
• Coma alimentos listos para comer rápidamente, incluso cuando estén almacenados en el refrigerador.
• Cocine bien las carnes, usando un termómetro digital para verificar la temperatura.
• No tome leche cruda y no coma quesos blandos hechos de leche no pasteurizada, especialmente si está en un grupo de alto riesgo. Los quesos duros hechos de leche no pasteurizada se envejecen durante un período de tiempo más largo y tienen menos probabilidades de contener bacterias dañinas.
• No comas huevos crudos o pescado crudo.
• Lave bien las verduras crudas.
• Evite las mezclas de vegetales crudos premezclados como la ensalada de col.
• Lave las frutas crudas que no va a pelar a fondo.
• Use todos los alimentos en la fecha "Mejor antes" o "Usar antes de".
• Limpie las bolsas de comestibles reutilizables a fondo y regularmente y use una bolsa separada para las carnes (a menos que las carnes estén enlatadas).

Las agencias de salud recomiendan precauciones adicionales para mujeres embarazadas y otras personas en grupos de alto riesgo.

• Cocine carnes listas para comer, como almuerzos, embutidos, fiambres y perritos calientes hasta que estén al vapor, ya que a veces contienen Listeria. Considere eliminar estas carnes de su dieta.
• Evite las carnes ahumadas y los patés (a menos que los patés estén enlatados).
• Nunca coma quesos blandos hechos de leche no pasteurizada.

Ensaladas envasadas o empaquetadas y Listeria

Las ensaladas verdes previamente lavadas son muy convenientes y son una forma rápida y fácil de agregar vegetales a una comida. Los nutricionistas dicen que muchos de nosotros no comemos suficientes vegetales. Esto es especialmente cierto para los tipos verdes. Están llenos de fitonutrientes, vitaminas y minerales saludables y deberían ser una parte importante de nuestras dietas. Tener verduras prelavadas disponibles significa que hay muy pocas excusas para evitar comer verduras: las verduras se pueden sacar del paquete y comer de inmediato.

Periódicamente se anuncia que se ha detectado Listeria u otra bacteria potencialmente peligrosa en los paquetes de ensalada verde. Un retiro del mercado generalmente ocurre cuando las pruebas muestran que al menos un contenedor de un lote de verduras está contaminado con bacterias. Luego se retira todo el lote por razones de seguridad, incluso si no se han reportado enfermedades.

Algunas personas se preguntan si las verduras de ensalada prelavadas deben lavarse nuevamente una vez que las lleven a casa, lo que reduciría su conveniencia. Al menos algunos expertos en seguridad alimentaria dicen que no es una buena idea. Dicen que es poco probable que el lavado del hogar elimine las bacterias que el lavado industrial no podría eliminar. Además, cuando se lavan en casa, las verduras pueden recoger nuevas bacterias de un fregadero o tabla de cortar. Dicen que tenemos que aceptar que existe un pequeño riesgo de contraer una enfermedad transmitida por los alimentos cuando comemos vegetales crudos.

Aquellos de nosotros que estamos saludables probablemente no necesitamos preocuparnos por el riesgo de enfermarse por comer ensaladas en bolsas, especialmente si seguimos las reglas de seguridad alimentaria. Sin embargo, si se anuncia un retiro de alimentos, debemos evitar el producto de interés. Las personas en grupos de alto riesgo deben visitar a su médico para preguntarles si deben cocinar todas sus verduras, incluidas las ensaladas verdes en bolsas. Las verduras siguen siendo un excelente componente de la dieta cuando se cocinan.

Es importante tener en cuenta la seguridad alimentaria y tomar las precauciones necesarias. Sin embargo, sería una lástima evitar comer alimentos saludables debido al temor a las enfermedades transmitidas por los alimentos, a menos que esto sea médicamente recomendado.